sábado, 21 de septiembre de 2013

llegas...

Llegas cuando ya te he olvidado. Tu presencia desborda mi imaginación. Comienza el trip intenso de psicodelia, aleatorio y divages. No te esperaba y precisamente por esa imprecisión del tiempo- espacio es que me encanta que estés ahora aquí. Sin predisposición, sin haberlo acordado. Por haber cruzado nuestras miradas alguna vez y que aquél cruce cause tal impacto que, al cabo de días, querramos reconciliar aquella mirada. Me gustas. Me gustas porque al verte siento mis ojos brillar. No sé si brillen, pero lo siento.

martes, 17 de septiembre de 2013

Una mañana sin alarma

A veces siento perder el hilo de la vida. Una suspensión de la realidad se apodera de mi consciencia. Empiezo a divagar cada vez mas fuerte entre personas, lugares y hechos que no han ocurrido y posiblemente no ocurrirán. Me apego tanto al sueño que lo siento cercano y agresivo. Cuando siento que pierdo el hilo de la vida no sé que hacer. Si no tienes el hilo, todo parece inconcluso, todo parece sinsentido. Al fin, morirás, dice tu cerebro. Y la parte que se rehusa, la parte que quiere vivir dice: pero lo que te queda, el hoy (no el final), disfrútalo. En la creación se olvida por un momento de estos divages, en la creación solo se existe, no se piensa. El miedo sólo existe si se piensa en él. Por desgracia me la vivo pensando. Y qué si fueramos a Marruecos, y si corremos desnudos por la playa, anda mami,  di que iremos a la nieve en navidad. Una neblina de incertidumbre invade mi cuerpo y lo paraliza. Parezco tan pequeño ante el mundo y mi deseo de ser grande sólo incrementa mi pequeñez. Con qué facilidad me voy arrastrando a lo cotidiano, al comer, al caminar, al hacer una que otra tarea, al dejarme llevar sin saber a donde ni porqué voy. Aunque la vida sea así: un río atrayente que desborda continuamente; me rehuso, me niego a seguirlo así como así. Yo, que aprecio la insondable divergencia de la diversidad, he de arriesgarme. He de tomar agua del río y bañarme con ella al otro extremo. Porque el río deja pasar el tiempo proporcionalmente a cómo le trates.

martes, 10 de septiembre de 2013

ser la belleza

Oh, si te dijera que te quiero. Pero no es cierto. Yo no te quiero, porque ni si quiera te conozco. Sho no te amo. Oh, dicen que el amor es de locos y no, no me traes loco. Aún así, tienes algo: un atrayente que me dirige y guía mis pasos, para estar un momento… sólo un momento con vos. Ah, es que sos bella, belleza pura. ¡Vos poseés la belleza de la belleza! No te quiero, como no se le quiere a un atleta cuando gana alguna carrera, al atleta se le aplaude.  A un artista, a un líder no se le quiere, se les aprecia, fuera del afecto. Te aprecio aunque no seas ni atleta ni líder ni artista, te aprecio porque vos sos bella. No. No te confundás cómo nos confunden los padres y los científicos y la gran mayoría de la gente mayor que cree que, a través de los genes, se hereda la belleza. ¿Habéis visto un bebé? Si vos recordáis al bebé y recordáis bien, sabrás que la inmensa mayoría de los bebes son adorables. El problema es cuando crecen, ah, pero no es la fealdad física lo que nos desagrada: son los berrinches, el mal humor, la mala educación, el enfado, el llanto. En cambio, tenemos a un bebe simpático y lo tomamos como el mono más lindo en la tierra, pero he aquí la cuestión: el bebe no hace nada mas que ser. Vos sos bella no por mí(ni por mi concepción de la belleza o de vos), vos sos bella por ser. 

Sobre "qué puedes perder"

¿Qué puedes perder?
Se dice, o se pregunta, o ambas, e instantáneamente se toma como el argumento de mayor validez de todos los que pudiéramos concebir. La pregunta de inmediato sugestiona lo irracional. Vienen cargadas tantas imágenes a la cabeza, que no puedes contestar en una oración sustancial y corta lo que te viene por la mente, por lo que contestas algo como: "tienes razón". La verdad es que es pereza nuestra; lo mismo viene con frases cómo "¿eres feliz?" o "¿estás satisfecho con lo que estás haciendo?"; dichas en el momento adecuado, estas frases desarman a cualquier humano que pase la mayor parte de su tiempo intentando evitar aquello que en verdad le importa( sí, aquí entramos gran parte de la humanidad). Aún entendiendo la pregunta, su interpretación me parece absurda. A como entiendo, busca emular alguna frase inspiradora que indique algo como: atrévete, no puede pasar nada peor. Incluso pasa con la muerte, presentamos el siguiente argumento: "si un día he de morirme, prefiero hacer todo lo que se me venga en gana, para no arrepentirme ya en la tumba". Yo mismo me he sorprendido en estos argumentos irracionales que por su polisemia causan pereza mental el detenerse ante ellos. El problema que yo veo aquí es la dirección, la perspectiva, el modo de ver el mundo que plantea esta pregunta. En base a un negativo, te hace convencerte de algo positivo. Utiliza los contrarios. Como todo estará perdido al final, ¿qué puedes perder? Total, todo será lo mismo, qué puedes perder. Y así, si vamos desgajando la pregunta en cualquier entorno, seguramente habrá de llevarnos en todos los casos - si la llevamos al extremo de sus capacidades- a la muerte. Un día te vas a morir, entonces: ¿qué puedes perder?. Todo se valida ante la muerte, pues nada vemos peor en este mundo que ella. Le calaca, la muertita zamba, la calavera, qué va qué va, cadaver sin alma, muertos coleando, nos burlamos o tememos a la muerte pero está presente siempre. Y sin embargo, vivimos. Si el lenguaje me permite estar ordenando este suceso de ideas que viene a mi mente, es lenguaje. Es, sólo es. ¿Qué puedes ganar? Total, puede que te diga que no, puede que te diga que sí, pero en qué medida el sí que te den cambiará algo en tí, qué estás dispuesto a hacer para recibir ese sí que te lleve al paroxismo. En qué medida estás sintiendo tu vida, tu presente, como para no pensar en lo que ha sido, ni en lo que será de ti de recibir la negativa, para poder enfocarte sólo en conseguir el sí. Bien, esto también podría convencernos, una persuasión positiva a través de un argumento positivo. "Piensa en lo que puedes ganar, qué estás dispuesto a hacer". Sacrificios y más sacrificios.  El problema que yo siento que está en el problema mismo, es su admisión. Tomamos por hecho que queremos hacer algo, pero no nos atrevemos. "Qué puedes perder, qué puedes ganar". Para que ambas frases existan en el plano del que hablamos, es necesario que A esté dudando en hacer algo. !He ahí el meollo del asunto, el gran meollo del asunto! !Porqué la duda!
Cuando éramos niños, no pensábamos en sí al jugar a nuestros juegos (que podrían variar desde tomar cartones y convertirlos en dinosaurios hasta agarrar un hot wheels) nos veríamos como tontos. No pensabamos: ¿Qué puedo perder? Sí agarro a iron man y hago shhh enfrente de la familia, probablemente digan: tu hijo es un poco loco, pero muy divertido.
Sólo hacíamos cuanta idea loca pasaba por nuestra cabecita. Ya entiendo, dirán. Voy hacia el argumento de: !sólo haz las cosas y ya, no pienses tanto! Esto incurre en otro argumento irracional, cómo podemos ver, gran parte de los "Imperativos de la vida" son argumentos irracionales.
Y lo que intento plasmar aquí se planteaba desde la primera oración. Este texto en ninguna medida busca convencer y/o persuadir. Yo hablo de la irracionalidad de nuestro ser. Que tengamos la facultad de poder entablar un discurso racional no significa que todo nuestro ser sea racional. El punto de este texto es que no hay punto, más que el que el subconsciente señale. Y si ya estamos en esas, qué podemos perder.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Al invisible

Oh, que dulce tortura la mía: siempre busco en mi repertorio de gente conocida, vista y sin conocer o bien, imaginada, a alguien que sirva de inspiración para mis escritos. Sin saberlo he materializado la escritura. He bajado del concepto a la significación de mis palabras. La he rebajado de cierta forma pues, cuando uno está inspirado no escribe de la persona en sí, escribe de la impresión que dicha persona causa. El sentimiento recibido es así el causante de la inspiración. La percepción que conseguimos después de una corta reflexión sirve de intensificador para manipular nuestros pensamientos y enfocarlos a una persona. !Que sinsentido de actividad! Escribirle a anónimos que dudosamente lleguen a apreciar el sudor artístico de uno. Es por eso que, a raíz de la notoriedad de mi equivocación, ahora escribiré al invisible. Al inexistente que, aunque algunos crean que sigo en mi error de enfocarme en alguien y no en el concepto, me perdonarán por esta vez debido a la particularidad que la invisibilidad presenta.

Oh dulce dama de armas tomar. No me dejes ahora que tu voz se me va olvidando. Vuelve a susurrar aquellas palabras inteligibles que me dejan con los ojos cerrados y tarareando una melodía incomprensible. Atráeme a tus brazos de humo, juntos bailaremos el vals de la tristeza. Yo pretenderé verte mientras tu pretenderás ser visible. El vals es acompasado y con un poco de tango. Muéstrame tus manos de aire, comprende cual nitrógeno en globo mi respiración. Seguimos bailando así pues, mientras más me muevo, tu presencia se va haciendo notoria. Acaso con dos tragos más te alcance a percibir, acaso en la tercera ronda recibiré un beso intangible. Oh, dulce dama de la mirada engañosa, quita esa cara de reloj de pasamontañas, de ventana limpia, de agua blanquecina. Pareciera que, entre más bailamos soy yo el que desaparece y tu la que se queda, visible a los ojos ajenos.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Su mirada


Lentamente su voz se va filtrando en mi pensamiento, aparece cual pájaro inesperado en momentos inadecuados, es rebelde: no anda en busca de convencionalismos. El eco del sonido se mantiene aleatorio, aparece en edificios, en salones y ¿por qué no, en cafés? Al sonido se une su mirada pero, oh, su mirada, su mirada me despoja del sonido. Sólo tengo atención para contener esa imagen, dulce y brillosa que autores describen como la ventana del alma, otros más románticos “la llave al corazón”, su mirada no es llave ni ventana, su mirada es. Existe como tal, como concepto, y dentro de aquella abstracción me fundo y se van mis pensamientos mientras caigo en el limbo.
Stop. Sos un romántico, eh, Platón al dos por dos sin la barba, elegante, no agitado. Y si se va te imaginas su regreso, y si vuelve mantienes su presencia y si llega la hora de irse viene la tristeza. ¿Por qué stop? Por miedo al limbo, al vacío. Te metes en territorio ajeno, donde ella encaja perfecto y te consternas. Art has a price man, art has a price! Pero no, ahí la tienes: bella mujer de unos 18 años aprox que su mirada es, sólo es; arte gratis no menos valioso. ¿Que el arte es creación? The woman is a creation! Pero más importante: ¿qué oculta su mirada? Ah, sos inteligente: caes en las preguntas truco que ya predisponen una respuesta. ¿Porqué oculta? Te la sacaste de la manga, Platón. No oculta nada, sólo es. ¿Qué hacer con lo que se es? Contemplar claro, sí, pero… ¿por qué no? Besarla. 

sábado, 10 de agosto de 2013

El cacahuate

El cacahuate fluye lenta y cuidadosamente por la apertura de mi boca; al finalizar la oración ya se habrá introducido en los tubos digestivos de mi sistema. Irá- ya despedazado por mis dientes- en busca de una salida que poco a poco mis jugos gástricos le brindarán. Aunque apenas alcanzan un nivel microscópico, las partículas del cacahuate despedazado no permiten pasar desapercibidas, la insondable grasa que fluye por su materia inerte permite su adhesión a las paredes de mi estomago y, antes de que finalice su recorrido ya habrá concluido su fechoría; los dulces gases que vienen en silencio, sutiles y ocultos, como la grasa en el cacahuate ya despedazado. Aunque humillado por mis dientes, el cacahuate no pierde su orgullo, confía en juntarse con otra materia y formar así un solo ente (ahora de mayor tamaño), que permita la venganza. Es por eso que, aunque desee salir, no perdona un último retorcijón.