Lentamente su voz se va filtrando en mi pensamiento, aparece
cual pájaro inesperado en momentos inadecuados, es rebelde: no anda en busca de
convencionalismos. El eco del sonido se mantiene aleatorio, aparece en
edificios, en salones y ¿por qué no, en cafés? Al sonido se une su mirada pero,
oh, su mirada, su mirada me despoja del sonido. Sólo tengo atención para
contener esa imagen, dulce y brillosa que autores describen como la ventana del
alma, otros más románticos “la llave al corazón”, su mirada no es llave ni
ventana, su mirada es. Existe como tal, como concepto, y dentro de aquella
abstracción me fundo y se van mis pensamientos mientras caigo en el limbo.
Stop. Sos un romántico, eh, Platón al dos por dos sin la
barba, elegante, no agitado. Y si se va te imaginas su regreso, y si vuelve
mantienes su presencia y si llega la hora de irse viene la tristeza. ¿Por qué
stop? Por miedo al limbo, al vacío. Te metes en territorio ajeno, donde ella
encaja perfecto y te consternas. Art has a price man, art has a price! Pero no,
ahí la tienes: bella mujer de unos 18 años aprox que su mirada es, sólo es;
arte gratis no menos valioso. ¿Que el arte es creación? The woman is a creation!
Pero más importante: ¿qué oculta su mirada? Ah, sos inteligente: caes en las
preguntas truco que ya predisponen una respuesta. ¿Porqué oculta? Te la sacaste
de la manga, Platón. No oculta nada, sólo es. ¿Qué hacer con lo que se es?
Contemplar claro, sí, pero… ¿por qué no? Besarla.
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