sábado, 21 de septiembre de 2013

llegas...

Llegas cuando ya te he olvidado. Tu presencia desborda mi imaginación. Comienza el trip intenso de psicodelia, aleatorio y divages. No te esperaba y precisamente por esa imprecisión del tiempo- espacio es que me encanta que estés ahora aquí. Sin predisposición, sin haberlo acordado. Por haber cruzado nuestras miradas alguna vez y que aquél cruce cause tal impacto que, al cabo de días, querramos reconciliar aquella mirada. Me gustas. Me gustas porque al verte siento mis ojos brillar. No sé si brillen, pero lo siento.

martes, 17 de septiembre de 2013

Una mañana sin alarma

A veces siento perder el hilo de la vida. Una suspensión de la realidad se apodera de mi consciencia. Empiezo a divagar cada vez mas fuerte entre personas, lugares y hechos que no han ocurrido y posiblemente no ocurrirán. Me apego tanto al sueño que lo siento cercano y agresivo. Cuando siento que pierdo el hilo de la vida no sé que hacer. Si no tienes el hilo, todo parece inconcluso, todo parece sinsentido. Al fin, morirás, dice tu cerebro. Y la parte que se rehusa, la parte que quiere vivir dice: pero lo que te queda, el hoy (no el final), disfrútalo. En la creación se olvida por un momento de estos divages, en la creación solo se existe, no se piensa. El miedo sólo existe si se piensa en él. Por desgracia me la vivo pensando. Y qué si fueramos a Marruecos, y si corremos desnudos por la playa, anda mami,  di que iremos a la nieve en navidad. Una neblina de incertidumbre invade mi cuerpo y lo paraliza. Parezco tan pequeño ante el mundo y mi deseo de ser grande sólo incrementa mi pequeñez. Con qué facilidad me voy arrastrando a lo cotidiano, al comer, al caminar, al hacer una que otra tarea, al dejarme llevar sin saber a donde ni porqué voy. Aunque la vida sea así: un río atrayente que desborda continuamente; me rehuso, me niego a seguirlo así como así. Yo, que aprecio la insondable divergencia de la diversidad, he de arriesgarme. He de tomar agua del río y bañarme con ella al otro extremo. Porque el río deja pasar el tiempo proporcionalmente a cómo le trates.

martes, 10 de septiembre de 2013

ser la belleza

Oh, si te dijera que te quiero. Pero no es cierto. Yo no te quiero, porque ni si quiera te conozco. Sho no te amo. Oh, dicen que el amor es de locos y no, no me traes loco. Aún así, tienes algo: un atrayente que me dirige y guía mis pasos, para estar un momento… sólo un momento con vos. Ah, es que sos bella, belleza pura. ¡Vos poseés la belleza de la belleza! No te quiero, como no se le quiere a un atleta cuando gana alguna carrera, al atleta se le aplaude.  A un artista, a un líder no se le quiere, se les aprecia, fuera del afecto. Te aprecio aunque no seas ni atleta ni líder ni artista, te aprecio porque vos sos bella. No. No te confundás cómo nos confunden los padres y los científicos y la gran mayoría de la gente mayor que cree que, a través de los genes, se hereda la belleza. ¿Habéis visto un bebé? Si vos recordáis al bebé y recordáis bien, sabrás que la inmensa mayoría de los bebes son adorables. El problema es cuando crecen, ah, pero no es la fealdad física lo que nos desagrada: son los berrinches, el mal humor, la mala educación, el enfado, el llanto. En cambio, tenemos a un bebe simpático y lo tomamos como el mono más lindo en la tierra, pero he aquí la cuestión: el bebe no hace nada mas que ser. Vos sos bella no por mí(ni por mi concepción de la belleza o de vos), vos sos bella por ser. 

Sobre "qué puedes perder"

¿Qué puedes perder?
Se dice, o se pregunta, o ambas, e instantáneamente se toma como el argumento de mayor validez de todos los que pudiéramos concebir. La pregunta de inmediato sugestiona lo irracional. Vienen cargadas tantas imágenes a la cabeza, que no puedes contestar en una oración sustancial y corta lo que te viene por la mente, por lo que contestas algo como: "tienes razón". La verdad es que es pereza nuestra; lo mismo viene con frases cómo "¿eres feliz?" o "¿estás satisfecho con lo que estás haciendo?"; dichas en el momento adecuado, estas frases desarman a cualquier humano que pase la mayor parte de su tiempo intentando evitar aquello que en verdad le importa( sí, aquí entramos gran parte de la humanidad). Aún entendiendo la pregunta, su interpretación me parece absurda. A como entiendo, busca emular alguna frase inspiradora que indique algo como: atrévete, no puede pasar nada peor. Incluso pasa con la muerte, presentamos el siguiente argumento: "si un día he de morirme, prefiero hacer todo lo que se me venga en gana, para no arrepentirme ya en la tumba". Yo mismo me he sorprendido en estos argumentos irracionales que por su polisemia causan pereza mental el detenerse ante ellos. El problema que yo veo aquí es la dirección, la perspectiva, el modo de ver el mundo que plantea esta pregunta. En base a un negativo, te hace convencerte de algo positivo. Utiliza los contrarios. Como todo estará perdido al final, ¿qué puedes perder? Total, todo será lo mismo, qué puedes perder. Y así, si vamos desgajando la pregunta en cualquier entorno, seguramente habrá de llevarnos en todos los casos - si la llevamos al extremo de sus capacidades- a la muerte. Un día te vas a morir, entonces: ¿qué puedes perder?. Todo se valida ante la muerte, pues nada vemos peor en este mundo que ella. Le calaca, la muertita zamba, la calavera, qué va qué va, cadaver sin alma, muertos coleando, nos burlamos o tememos a la muerte pero está presente siempre. Y sin embargo, vivimos. Si el lenguaje me permite estar ordenando este suceso de ideas que viene a mi mente, es lenguaje. Es, sólo es. ¿Qué puedes ganar? Total, puede que te diga que no, puede que te diga que sí, pero en qué medida el sí que te den cambiará algo en tí, qué estás dispuesto a hacer para recibir ese sí que te lleve al paroxismo. En qué medida estás sintiendo tu vida, tu presente, como para no pensar en lo que ha sido, ni en lo que será de ti de recibir la negativa, para poder enfocarte sólo en conseguir el sí. Bien, esto también podría convencernos, una persuasión positiva a través de un argumento positivo. "Piensa en lo que puedes ganar, qué estás dispuesto a hacer". Sacrificios y más sacrificios.  El problema que yo siento que está en el problema mismo, es su admisión. Tomamos por hecho que queremos hacer algo, pero no nos atrevemos. "Qué puedes perder, qué puedes ganar". Para que ambas frases existan en el plano del que hablamos, es necesario que A esté dudando en hacer algo. !He ahí el meollo del asunto, el gran meollo del asunto! !Porqué la duda!
Cuando éramos niños, no pensábamos en sí al jugar a nuestros juegos (que podrían variar desde tomar cartones y convertirlos en dinosaurios hasta agarrar un hot wheels) nos veríamos como tontos. No pensabamos: ¿Qué puedo perder? Sí agarro a iron man y hago shhh enfrente de la familia, probablemente digan: tu hijo es un poco loco, pero muy divertido.
Sólo hacíamos cuanta idea loca pasaba por nuestra cabecita. Ya entiendo, dirán. Voy hacia el argumento de: !sólo haz las cosas y ya, no pienses tanto! Esto incurre en otro argumento irracional, cómo podemos ver, gran parte de los "Imperativos de la vida" son argumentos irracionales.
Y lo que intento plasmar aquí se planteaba desde la primera oración. Este texto en ninguna medida busca convencer y/o persuadir. Yo hablo de la irracionalidad de nuestro ser. Que tengamos la facultad de poder entablar un discurso racional no significa que todo nuestro ser sea racional. El punto de este texto es que no hay punto, más que el que el subconsciente señale. Y si ya estamos en esas, qué podemos perder.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Al invisible

Oh, que dulce tortura la mía: siempre busco en mi repertorio de gente conocida, vista y sin conocer o bien, imaginada, a alguien que sirva de inspiración para mis escritos. Sin saberlo he materializado la escritura. He bajado del concepto a la significación de mis palabras. La he rebajado de cierta forma pues, cuando uno está inspirado no escribe de la persona en sí, escribe de la impresión que dicha persona causa. El sentimiento recibido es así el causante de la inspiración. La percepción que conseguimos después de una corta reflexión sirve de intensificador para manipular nuestros pensamientos y enfocarlos a una persona. !Que sinsentido de actividad! Escribirle a anónimos que dudosamente lleguen a apreciar el sudor artístico de uno. Es por eso que, a raíz de la notoriedad de mi equivocación, ahora escribiré al invisible. Al inexistente que, aunque algunos crean que sigo en mi error de enfocarme en alguien y no en el concepto, me perdonarán por esta vez debido a la particularidad que la invisibilidad presenta.

Oh dulce dama de armas tomar. No me dejes ahora que tu voz se me va olvidando. Vuelve a susurrar aquellas palabras inteligibles que me dejan con los ojos cerrados y tarareando una melodía incomprensible. Atráeme a tus brazos de humo, juntos bailaremos el vals de la tristeza. Yo pretenderé verte mientras tu pretenderás ser visible. El vals es acompasado y con un poco de tango. Muéstrame tus manos de aire, comprende cual nitrógeno en globo mi respiración. Seguimos bailando así pues, mientras más me muevo, tu presencia se va haciendo notoria. Acaso con dos tragos más te alcance a percibir, acaso en la tercera ronda recibiré un beso intangible. Oh, dulce dama de la mirada engañosa, quita esa cara de reloj de pasamontañas, de ventana limpia, de agua blanquecina. Pareciera que, entre más bailamos soy yo el que desaparece y tu la que se queda, visible a los ojos ajenos.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Su mirada


Lentamente su voz se va filtrando en mi pensamiento, aparece cual pájaro inesperado en momentos inadecuados, es rebelde: no anda en busca de convencionalismos. El eco del sonido se mantiene aleatorio, aparece en edificios, en salones y ¿por qué no, en cafés? Al sonido se une su mirada pero, oh, su mirada, su mirada me despoja del sonido. Sólo tengo atención para contener esa imagen, dulce y brillosa que autores describen como la ventana del alma, otros más románticos “la llave al corazón”, su mirada no es llave ni ventana, su mirada es. Existe como tal, como concepto, y dentro de aquella abstracción me fundo y se van mis pensamientos mientras caigo en el limbo.
Stop. Sos un romántico, eh, Platón al dos por dos sin la barba, elegante, no agitado. Y si se va te imaginas su regreso, y si vuelve mantienes su presencia y si llega la hora de irse viene la tristeza. ¿Por qué stop? Por miedo al limbo, al vacío. Te metes en territorio ajeno, donde ella encaja perfecto y te consternas. Art has a price man, art has a price! Pero no, ahí la tienes: bella mujer de unos 18 años aprox que su mirada es, sólo es; arte gratis no menos valioso. ¿Que el arte es creación? The woman is a creation! Pero más importante: ¿qué oculta su mirada? Ah, sos inteligente: caes en las preguntas truco que ya predisponen una respuesta. ¿Porqué oculta? Te la sacaste de la manga, Platón. No oculta nada, sólo es. ¿Qué hacer con lo que se es? Contemplar claro, sí, pero… ¿por qué no? Besarla. 

sábado, 10 de agosto de 2013

El cacahuate

El cacahuate fluye lenta y cuidadosamente por la apertura de mi boca; al finalizar la oración ya se habrá introducido en los tubos digestivos de mi sistema. Irá- ya despedazado por mis dientes- en busca de una salida que poco a poco mis jugos gástricos le brindarán. Aunque apenas alcanzan un nivel microscópico, las partículas del cacahuate despedazado no permiten pasar desapercibidas, la insondable grasa que fluye por su materia inerte permite su adhesión a las paredes de mi estomago y, antes de que finalice su recorrido ya habrá concluido su fechoría; los dulces gases que vienen en silencio, sutiles y ocultos, como la grasa en el cacahuate ya despedazado. Aunque humillado por mis dientes, el cacahuate no pierde su orgullo, confía en juntarse con otra materia y formar así un solo ente (ahora de mayor tamaño), que permita la venganza. Es por eso que, aunque desee salir, no perdona un último retorcijón.

sábado, 3 de agosto de 2013

La paleta




Lorenzo llevaba ya unos días explorando el mundo. A los pocos días de haber comenzado su exploración exhaustiva por el mundo, ya conocía bastante; sabía que se debe poner el cinturón en el carro porque de lo contrario puede morirse en cualquier instante; que decir groserías es malo y de no obedecer, merece cualquier golpe en su boca; que no debe interrumpir a la gente adulta y que, cuando sea adulto, los niños jóvenes no lo interrumpirán a él; que debe decir la verdad; que cuando alguien pregunte por su padre - y este batalló algún tiempo en aplicarlo- y su padre no quiera ver a esa persona, debe decir que no está y evitar el error de decir que se está bañando; que el diablo y dios existían (aunque no pudiese comprobar su existencia); pero sobre todo, que cuando creciera comprendería todas las cosas que ya sabía y podría compartir la infinita sabiduría adquirida en los años curiosos de su infancia a su descendencia.


Pero una vez su curiosidad llegó más allá de donde la imaginación- o la inteligencia- de sus padres podía llegar. A Lorenzo se le había caído una paleta al suelo. A Lorenzo le gustaban los dulces y en especial las paletas, pues a pesar del sentimiento de otros niños, a él le gustaba cómo se sentía el dulce caramelizado en sus manos y en su boca, le gustaba aquél sentimiento de pegoste y disfrutaba poniéndolo en libros, rostros ajenos y en su propio cuerpo. Cuando intentaba recoger su paleta con la intensa convicción de devolverla a su boca, oyó un grito de su madre:


-!No la tomes, la chupó el diablo!


En otra circunstancia, Lorenzo habría obedecido sin más, pues era un buen muchacho y no acostumbraba hacer berrinches ni llantos injustificados, sin embargo, recordemos que la curiosidad de Lorenzo por el mundo había empezado hace poco y no quería dejar escapar un conocimiento más a su repertorio. Con toda la inocencia que un niño puede tener, preguntó justificadamente:


-¿Cómo la chupó el diablo?


-¿No viste? Se cayó al suelo


A pesar de todo lo que podamos pensar de los niños, sobre su aparente estupidez, dependencia y falta de desarrollo cerebral -que asumimos sin prueba alguna, que debe crecer a lo largo de los años- Lorenzo atinó al instante en la falla de un argumento lógico.


-Osea, dijo, ¿que todo lo que cae al suelo, lo chupa el diablo?


-Ándale mijito, ya entendiste


Mientras la madre creía haber obtenido la victoria, en la mente de Lorenzo se debatían las principales preguntas filosóficas de todos los tiempos, que los padres y la gente adulta en general no tiene tiempo ni disposición de resolver. No contestó en seguida, con la entera minuciosidad de un científico, debatió dentro de sí las posibilidades de que un ente maligno pudiera reparar en una actividad tan pueril como lamer paletas ajenas. Se preguntó, además, qué reacción causaba la saliva del diablo con los objetos de la tierra. Si su mamá tenía razón, el principal enemigo del diablo eran los niños, y no dios, puesto que lamer paletas ajenas en un mundo de millones de habitantes debe llevar algún tiempo; llegó a entender que es por eso que son los niños y no los adultos quienes temen más al diablo. Poco a poco fue comprendiendo el malestar de la caries, engendrada por aquellos que osan chupar la paleta aún después de caída en el suelo (!y no por comer muchos dulces, cómo todos los demás niños creían!). Le preocupaba tanto la cuestión del diablo y los niños que, de pronto, toda su curiosidad se centraba en esta cuestión. La exclusividad de su -ahora- único interés, le permitía ir más profundo en sus cavilaciones hasta que, un buen día, después de creer haber descifrado las conspiraciones del demonio, creyó tener la verdad absoluta en sus manos: se aterró.


-No son las paletas lo que debe preocuparnos, se dijo, si es verdad que todo lo que cae al piso lo chupa el diablo !Quienes corren mayor peligro son los adultos!


!Qué ingenuo había sido al pensar que lo único que chupaba el diablo eran las paletas! Su propia madre le había dado la respuesta hace mucho tiempo: todo lo que cae al suelo lo chupa el diablo. No podía creerlo, al principio creyó que su madre le había mentido. Luego, reparó en su anterior error de subestimar al diablo y creer que sólo chupaba paletas de niños y sintió indulgencia por la madre que, de seguro, en su empeño de procurar que los niños dejaran la situación del mal en paz, había olvidado su propia salud. Antes de externar sus pensamientos, se dedicó a la atenta observación de su entorno para comprobar lo que hasta ahora había resuelto. En efecto, los padres y las madres de los niños se empeñaban obstinadamente por desechar cualquier comestible que cayera al suelo, mientras que ellos recogían -disimuladamente- lo que se les caía a ellos. No podía creer lo que estaba viendo.


Embriagado por el conocimiento recién adquirido, fue corriendo hacía su madre:


-!Madre, madre! !Estamos en peligro!


-Tranquilo, hijo, ¿Qué pasa?


-!El diablo... los adultos.. las paletas!


-¿Qué dices?


Por fin, el niño compartió su exhaustiva investigación. No dejó de lado ninguna observación, ningún pensamiento relevante. Hizo énfasis en su inmensa preocupación por los adultos que, obstinados en cuidar a los niños, se descuidaban ellos mismos, y en el plan del diablo (que aunque no sabía exactamente cuál era, sabía que lo de las paletas era apenas una distracción para algo mucho peor). Relató su relación entre las lamidas y la caries. Cuando hubo acabado, seguía agitado.


-Ay, mijo, mira qué científico llevas dentro


-Pero madre: !El diablo!


-Ay, Lorenzito. !Mira esa mirada! No te preocupes, hijo.


Sonrío comprensiva, mientras le acariciaba el cabello y volvía a su trabajo.


-¿Y el diablo? ¿Dejarás que siga su plan?


La madre no soportó más la sincera preocupación de su hijo.


-Mira, hijo. No sòlo existe el diablo. También existe dios. Dios se encarga de protegernos, sabemos que el diablo está todo el tiempo trabajando y es por eso que hay tantos males en este mundo, pero también dios trabaja mucho y se encarga de todas estas cuestiones. Cuando eres buen muchacho, le das fuerza a dios para que cumpla con su deber, piensa en cada buena acción como una paleta salvada.


-Ay, Mamá. Eres tan ingenua. Si está tan ocupado, mejor le evito el trabajo, yo mismo limpio la paleta y me la como después.


El niño, enojado por la incompetencia de la madre, se fue a su cuarto dejando a su procreadora perpleja frente a la imagen de la virgen en la pared.

martes, 28 de mayo de 2013

de extrañar

Se me viene, se me viene tu recuerdo como quien recuerda un deseo. Se me viene tu olor impregnando mi boca, y lo saboreo, y me degusto, y poco a poco voy cayendo en el rumor de tu aroma, en las caricias de humo, en el eco de tus piernas. Cierro los ojos porque me pasa, mujer, que te veo mejor con los ojos cerrados, con tu distancia y con mi deseo, me viene muy al caso tu recuerdo. Y me vibran los labios si siento tu aroma, y me sonrío como idiota si recuerdo tus besos; se me viene, se me va viniendo de hace tiempo, como haciéndose costumbre, este recuerdo que de vos tengo. Y no es la palabra vuestra lo que extraño, y no es tu presencia corpórea lo que hace falta, no son pasiones alargadas lo que aquí viene en gana, y no es sexo lo que quiere el alba. Se quiere todo lo que rechaza, porque en el afán de negar, está lo que quiero, combinado con lo que no niego. No niego que os extraño, no niego, ni por mucho, que os deseo, que le queda muy bien tu nombre a la belleza del momento. Oh, mariposa blanda, que anda de cuna en cuna, de lado en lado buscando sustento, cómo te extraño, aquí en mi lejanía, cómo te extraño pero cómo te siento. No niego que tu suavidad es menester de mi cuerpo, no niego que tu olor se impregna densamente en mi brazo como humo de tabaco, como niebla de carretera, como nubes en tormenta. No niego que os amo, más que a mi vida, más que a mi tierra, no niego que mi romanticismo no prueba nada. Y aunque lo negara todo quedaría en desvarío, pues te dije antes que lo que niego, quiero. En tal desventura de contradictos, mi corazón palpita y vibra fuerte, vibra al escuchar tu nombre a cualquier hora; vibra porque espera tu regreso.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Para la soledad

Solo. Donde se discrimina a vivos, muertos y seres imaginarios.
Rechazando cualquier conexión con el mundo.
Convirtiendo la palabra, logos declarante, en arma.

Lanzo explosiones indiscriminadamente.
La tormenta viene, pero viene hacia mi.
Y no soy yo quien me la imagino, escúchame, !Viene hacia mi!

No lo ve quien no quiere verlo.
Es tan simple hablar...

Ahi vienen una, dos, tres oraciones. Se adhieren a la piel como el moho.
Se contraen, se entremezclan, más no se asimilan.
Se grita- y se grita fuerte- la respuesta.

Vienen los versos, sin métrica, sin rima, sin ser poesía.
Vienen a mi, cargados de algo lejano, y los resisto.
Vienen a mi, vienen a mi, los escribo para que vayan a otro lugar.




lunes, 25 de marzo de 2013

De las formas de ser

Acaso uno es muchas personas y cada día uno elige qué personaje ser. Es curioso, muy curioso que te rodees de determinadas personas, cojas determinada actitud, y algo aparentemente desvinculado surta un cambio drástico (lo que un científico llamaría quizá, variable). Es curioso porque sugiere el tema de la libertad. La actitud desencadena una serie de inercia en el que los actos y palabras se van entremezclando en una circunstancia de la que se pierde conciencia, de la cual se va fluyendo naturalmente. Es normal, pues, que al interferir agentes terceros- como familia, por ejemplo- el involucrado en el juego de la inercia se sienta ofendido, acaso atacado, al sentir una posibilidad de perder su propia participación en ese incierto pero atractivo flujo de ideas, sentimientos, acciones, en fin: relaciones. Cuando se llega a tal estado de flujo, en el que las palabras se van conectando las unas en las otras como hebras transparentes viajando de una boca a otra, la mente se relaja y empiezan a salir a brote facciones de uno mismo que difícilmente se pudieran conocer en otras circunstancias. Tomemos el ejemplo de la auto-mejora. Hay infinidad de pensamientos de auto-mejora al día; esos en los que, un individuo, inconforme con un rasgo de su persona, busca cambiar, modificar, o alterar una parte de esta con el objetivo de "mejorarla". Si bien esta mejora nunca llega, o llega para alterar otras, constantemente está en la mente el proceso, el proyecto para mejorarse. Es verdad que estando siempre inconforme se está en un estado de tensión poco soportable, sin embargo, este proceso de auto-mejora sirve para conocer un poco más de los gustos de uno mismo. Aún así, habríamos de aceptarnos más, dejarnos llevar en mayor medida para acceder a estos flujos en los que se penetra el pienso y luego existo de la vida para abrir paso a un siento, luego existo.

viernes, 8 de marzo de 2013

conversación unilateral

Qué es esta molestia? qué es esta falta de fuerza, qué es este dolor. palabras. palabras escucho y pareciera que son misiles los que recibo. Cuando no sé yo la intención, no sé yo el procedimiento, sólo sé lo que recibo y es este dolor. Este dolor que recibo, porque soy yo quien se lo otorga, pero como duele. Pero harías que parara? Qué es esta ausencia de vitalidad, donde me consumen los días y pierdo conciencia del tiempo, donde mis actos se van marchitando y sólo quedan ligeros destellos. Qué es este sufrimiento, cargado de responsabilidad ajena,que no me corresponde y aún así me atribuyo. Qué es esta sensibilidad que me agobia, qué es este interés de ayudar, cuando uno está más jodido de lo que se pudiese esperar. Qué es este estado de tristeza donde mis manos no alcanzan a llegar mas lejos que el patio de mi casa, donde los sueños se convierten en juegos, y los juegos en rutina, que día a día se va confundiendo, entremezclando con la comida y los baños, con la tele y la computadora. Qué es esta falta de voluntad que me impide ir más allá de lo que mis pequeños ojos ven, que me impide hacer algo más que esto, que esta pérdida de todo donde voy cayendo, cayendo, y no hay esperanza de salir. Qué es este sentimiento?, se siente a veces, los jueves, a veces, los viernes, a veces llega sin avisar, después de una larga reflexión y llega para afectar a seres que amo pero no tengo el coraje de no afectarles. Qué es este maldito sentimiento de derrota donde pareciera que el mundo es gris, y el mar da muerte y cada ser humano está presente para joderte la vida. Dime qué es, que no puedo, juro no puedo soportarlo más.

lunes, 25 de febrero de 2013

Cosas de héroes

Bueno he, he caminado por largo tiempo en estas tierras. He olido su olor, sentido el calor áspero de las piedras al tocar mis pies; ya avanzada la tarde cuando el sol está bien alto en el cielo, se siente incluso el calor, aquí en la planta del pie con todo y zuela y botas. Llevo siempre una cantimplora, con poca agüita, que mucha no es necesaria para los tramos que realizo. Algunos, de aquellos que gozan de dinero y uno que otro de nombre, me encargan "mandaditos". Otros, humildes como yo, sólo paran mi viada para charlar un poco, que por estos días hace mucha falta una persona con la cual hablar. Desde que está la gente que loca por la balacera, como que ya nadie tiene confianza, como que se guardan para sí, como que así lo siento yo. Pero de mi no pueden desconfiar y, aunque lo hicieran, no ganarían mucho porque saben ya de antemano que mucho no puedo hacerles. Se van por la imagen, ojos que juzgan de arriba-abajo sin reparar en la persona. Bien pudiera ser un ricachón desos que tiran dinero nomás así, por tirarlo. Pero con estos andrajos ni los compadres le creen a uno. Aunque no se crea usted, esto de andar así, como a trapos, tiene una que-otra ventaja; los ladrones, por ejemplo, no se le acercan a uno: A ver, dicen, ¿Qué le vamos a robar a un pobre diablo? Eso mero dicen, lo digo porque yo mismo los he oído. Desas veces que se ponen a hablar enfrente de uno, y hablan en tercera persona refiriéndose a uno mismo... !a uno mismo! Y hablan y dicen lo que uno siente, piensa y cree, como si yo mismo les estuviera diciendo lo que siento, creo y pienso. Me despojan de la humanidad, te digo que me despojan de la humanidad. Como espectador, así mero me quedo, ¿qué otra opción nos queda? Pero aquél día no fue así. !Oh, pero claro que no fue así! Si me había despertado bien temprano y sentía como que algo en los huesos, algo desas cosas que uno no puede explicar pero para intentarlas explicar se le inventan nombres. El caso esque andaba caviloso, dale y dale con lo mismo de que algo pasaría ese día. Y después de tanto buscarle pasó. Uno de esos tipos que se quieren pasar de vivos con las chamacas andaba forzándola para que le diera un piquito, ella lo empujaba pero se veía que la estaba empezando a tomar por la fuerza, yo ni fui a parar en la hembra, ¡qué le iba a ver yo! Yo tenía mis ojos bien puesto en el chaval, así que me dirigí a él, y le dije como si yo mismo me la creyera que soltara sus manos de la dama, que si no, aquí estaba yo para defenderle. En eso, que los dos se empiezan a reír, a burlarse de mí. La mujer se avienta, el tipo la carga y se besan.