martes, 10 de septiembre de 2013

ser la belleza

Oh, si te dijera que te quiero. Pero no es cierto. Yo no te quiero, porque ni si quiera te conozco. Sho no te amo. Oh, dicen que el amor es de locos y no, no me traes loco. Aún así, tienes algo: un atrayente que me dirige y guía mis pasos, para estar un momento… sólo un momento con vos. Ah, es que sos bella, belleza pura. ¡Vos poseés la belleza de la belleza! No te quiero, como no se le quiere a un atleta cuando gana alguna carrera, al atleta se le aplaude.  A un artista, a un líder no se le quiere, se les aprecia, fuera del afecto. Te aprecio aunque no seas ni atleta ni líder ni artista, te aprecio porque vos sos bella. No. No te confundás cómo nos confunden los padres y los científicos y la gran mayoría de la gente mayor que cree que, a través de los genes, se hereda la belleza. ¿Habéis visto un bebé? Si vos recordáis al bebé y recordáis bien, sabrás que la inmensa mayoría de los bebes son adorables. El problema es cuando crecen, ah, pero no es la fealdad física lo que nos desagrada: son los berrinches, el mal humor, la mala educación, el enfado, el llanto. En cambio, tenemos a un bebe simpático y lo tomamos como el mono más lindo en la tierra, pero he aquí la cuestión: el bebe no hace nada mas que ser. Vos sos bella no por mí(ni por mi concepción de la belleza o de vos), vos sos bella por ser. 

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